martes, 8 de noviembre de 2016

pintar la casa

cada vez que cambio de lugar en el que vivir lo primero que hago es pintar los muros de mi pieza. no los preparo limpiándolos. voy directamente con la pintura blanca bien y tapo la mugre con la primera capa. este asunto lo vivo como un acto de respeto hacia la historia de cada mancha. hay algo en la pulcritud que no me convence. si por ejemplo limpiara los muros antes de pintarlos cambiaría el sentido de todo acto al interior de mi pieza. cuando cubro la suciedad atrapo el recorrido de su color y tiempo. con los años los muros se engrosarán de pintura y muy después de muerta quizás alguien podría cortarlos como un pastel. imagino las marcas. capas de milhojas o anillos de árbol.

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