lunes, 30 de noviembre de 2009

sin título

le escribo
que mi perro está detrás de la puerta
queriendo entrar al lavadero
que la luz de enfrente se prende y se apaga
según muevo las manos

pero ya viene la bestia
con sombra color púrpura
como un terremoto
sus pasos
se caen
y no sabemos dónde están
nuestras casas
entonces

hay que subir tan despacio a oscuras
para que un señor cambie
el enorme foco de luz

yo miro el fuego apagarse
y pienso
esto será de otras gentes

busco un hacha
o una bomba
para dormirme

en el ruido del estalle

Stumble Upon Toolbar

viernes, 13 de noviembre de 2009

repite conmigo


Todo eso que te dije una vez que esperaba. Todas esas cosas buenas. Todas todas son mentiras. Yo desde el principio lo doy todo por perdido. Yo no puedo esperar esas cosas que te dije. Te las dije porque si te hubiera dicho lo contrario me hubieses interrogado más de lo que duraba esa película que vimos una vez y en la que nos quedamos dormidos y hubieras intentado entender eso que tú nunca podrías entender porque no has sido contagiado de eso que no sé cómo se podría llamar. Y quizás querrías contagiarte. Y quizás querrías contagiarte por capricho. Por desmentirme. Por estar parado en el mismo meridiano y en el mismo paralelo y con la misma molestia para decirme que igualmente sigues pensando lo de antes. Eso harías sólo para que mi defensa no pudiera defender a nadie. Eso harías para que yo no pudiera defenderme de nada. Yo no me he acostumbrado a mentir ni a decir la verdad. A mí me enseñaron eso que le han enseñado a todo el mundo. Entonces yo tenía siete años y luego doce. Empecé a mentir para que todos me creyeran. Empecé a inventar historias menos sospechosas cuando alguien me preguntaba. Yo podía decir sí cuando era no o mañana cuando era ayer o avenida cuando era pasaje. Así la mentira y la verdad se fueron juntando. Mezclando. Luego emepzaron a entender que todo al final era nada o al revés y que cuando yo decía algo quería decir bandada o micrófono o sin zapatos. A mí nunca me han tratardo de mentirosa. Nunca desde que dejé de decir la verdad. Como si fuera un juego de estrategia. Yo ahora a veces digo la verdad y a veces la mentira. Yo te podría explicar que no es algo bueno o algo malo. Yo te podría explicar que es una manera de estar en los días y lo que está como por arriba de los días durante todas las semanas y los años que hay para atrás y que puedan haber para adelante.

Stumble Upon Toolbar

lunes, 2 de noviembre de 2009

zenit y nadir

no me atrevo a tirarme en el pasto tan largo por los alacranes. eso es lo que más extraño. tirarme en el pasto, teo. él me dice que su nombre es teo. como tú. teo. y se parece tanto a ti. anoche soñé que me tomaba en brazos. siento que mi cuerpo siempre ha habitado este lugar. teo. o no estoy segura. de dónde estás. de dónde hemos estado. tenerte lejos y, ahora, tener otro teo, tan cerca. te olvido teo. perdóname. acá las cosas suceden una y otra vez. de día y de noche. ayer hubo tormenta. tenía que ir a la biblioteca, pero una señora llamada marlene no me dejó. me obligó a ponerme zapatillas y quedarme sentada en la escalera. “mientras truena no se sale” y yo no me atreví a contestarle. me quedé a su lado como si ella fuese un gran tronco. estuvimos una hora sentadas sin hablar. tuve que ponerme de pie un poco tímida y decirle que no creía que fuese a caerme un rayo. y correr. la lluvia parecía hojas blancas, teo. corrí casi ciega y el agua de la calle me llegaba sobre los talones. nadie pudo entender mi cuerpo. en la biblioteca todos quedaron mirándome como bobos. yo me sentí bien, teo. creo que tengo un pasado acá. creo que tengo un pasado. acá. teo. acá las cosas son verdes y casi me olvido del azul. mi amiga silvia me cuenta cosas antes de dormirme y pienso que será una gran escritora. mueve las manos de una manera hermosa y cambia la voz en cada palabra. cuando duermo, sueño con ella. teo. acá soy todo al mismo tiempo. espero que no vengas. sé perfectamente cómo acercarme a mi nuevo teo. me toma de las manos y yo con mis rodilla recogidas deslizo mi cuerpo hasta tan cerca de su boca. para esperar que él con un movimiento de lagarto incline su cabeza hacia el lado derecho y se acerque lento con esa mirada oblicua como si fuera a amarme de manera salvaje o abrir su boca para matarme. no sé. a mí me dan ganas de atravesarlo con una lanza para verlo sufrir. teo. porque sé que mañana las cosas volverán a repetirse. y cada ataque. cada ataque será el mismo. como nosotros. siempre lo mismo, teo. tu argolla de oro, teo. tu pelo húmedo en mi almohada, teo. y tu pierna. que con el calor de la isla se adhiere a mi piel como con pegamento y al separarla duele un poco. la selva me va comiendo por dentro y mi lengua es como una planta carnosa o como una flor tan fuerte y gorda. extraño tenderme en el pasto, teo. dan miedo los alacranes. subo a las copas de los árboles y nubes tan densas acechan mi cabeza. espero otra tormenta. espero correr casi ciega. espero que una mujer llamada marlene llegue a la escalera y me obligue a ponerme zapatillas. espero tu aro de oro. tus manos acercándome a tu cuerpo teo. tu ataque animal. tu olor de la isla. teo.

Stumble Upon Toolbar